Hace tiempo que en este mismo blog hablábamos de Samuel, ese niño al que se le intervino quirúrgicamente en el útero de su madre. La imagen de aquella operación dio la vuelta al mundo, pero hoy no la voy a poner aquí, hoy voy a poner una que me ha gustado tanto o más que aquella (gracias Fo por facilitarme los enlaces con la vida de Samuel).
El milagro de la vida, el amor de sus padres, el amor de Dios, eso fue lo que hizo que Samuel pueda estar hoy con su famlia, ser un niño sano, feliz (no me cabe duda, seguro que es feliz).
Dejo aquí los enlaces para los que queráis ahondar en su historia:
http://imagina65.blogspot.com.es/2009/12/la-zona-publica-la-historia-de-samuel.html
http://www.prolifeinfo.ie/life/foetal-surgery/samuel/
http://kofchispano.blogspot.com.es/2009/05/baby-samuel-10-anos-despues.html
http://www.christianindex.org/1890.article
¿Cuánto lleva nuestro corazón latiendo? ¿Desde el día de nuestro nacimiento? NO, MUCHO MÁS, por eso no podemos decir que late cuando nace, ni que late porque nace, sino que NACE PORQUE LATE
viernes, 22 de junio de 2012
Una joven salva la vida de su bebé pero muere por retrasar su tratamiento del cáncer
Otro artículo que ha hecho que se me salten las lágrimas... también extraido de Religión en Libertad...
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23328
El pasado sábado, en la iglesia de Santa Francisca Romana de Roma, se celebró el funeral por la joven Chiara Corbella, tras un calvario de cerca de dos años provocado por un tumor. Una ceremonia que no fue nada fúnebre, una gran fiesta en la que participaron cerca de mil personas que llenaron la iglesia cantando y aplaudiendo desde la entrada del féretro hasta su salida.
La de Chiara es una historia extraordinaria que se ha difundido por la red, tanto que el video en Youtube que reproducimos abajo ha sumado decenas de miles de visionados en apenas unos días.
Esta joven romana de solo 28 años, bella, luminosa, con la sonrisa siempre en los labios, murió por retrasar el tratamiento que habría podido salvarla, con tal de llevar a término el embarazo de Francesco, un niño deseado desde el primer momento de su matrimonio con Enrico.
Dos embarazos fallidos... y llegó Francesco
No era el primer embarazo de Chiara. Los dos anteriores acabaron con la muerte de los niños a las pocas horas de nacer. A ambos se les habían detectado graves malformaciones desde las primeras ecografías.
Sufrimientos, traumas, sentimiento de desánimo... pero Chiara y Enrico nunca se cerraron a la vida, con lo que tras algún tiempo llegó otro embarazo: Francesco. Esta vez las ecografías confirmaban la buen salud del niño. Sin embargo al quinto mes a Chiara los médicos le diagnosticaron una lesión de la lengua que tras una primera intervención se confirmó como la peor de las hipótesis: un carcinoma.
Desde entonces, una dura lucha. Chiara y su marido, sin embargo, no perdieron la fe y “aliándose” con Dios decidieron una vez más decir sí a la vida. Chiara defendió a Francesco sin pensárselo dos veces y corriendo un grave riesgo, retrasó su tratamiento para llevar adelante la maternidad. Sólo tras el parto la joven pudo someterse a una nueva intervención quirúrgica más radical y luego a los sucesivos ciclos de quimio y radioterapia.
La mujer venció al dragón
Francesco nació sano y guapo el 30 de mayo de 2011; pero Chiara, consumida hasta perder incluso la vista del ojo derecho, pasado un año no lo superó. El miércoles pasado, hacia mediodía, rodeada de parientes y amigos, acabó la batalla contra el “dragón” que la perseguía, como ella definía el tumor, en referencia a la lectura del Apocalipsis.
Como, sin embargo, se lee en la misma lectura -elegida no por casualidad para la ceremonia fúnebre- una mujer ha vencido al dragón. Chiara, en efecto, habrá perdido su combate terreno pero ha ganado la vida eterna y ha dado a todos un verdadero testimonio de santidad.
“Una segunda Gianna Beretta Molla”, la definió el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, que quiso rendir homenaje con su presencia a Chiara, a la que había conocido hace unos meses junto a Enrico.
“La vida es como un bordado del que vemos el revés, la parte desordenada y llena de hilos –dijo el purpurado-, pero de vez en cuando la fe nos permite ver un borde de la parte derecha”. Es el caso de Chiara, según el cardenal: “Una gran lección de vida, una luz, fruto de un maravilloso designio divino que se nos escapa, pero que existe”.
“Yo no sé lo que Dios ha preparado para nosotros a través de este mujer –añadió-, pero es seguramente algo que no podemos perder; por ello recojamos esta herencia que nos recuerda dar el justo valor a cada pequeño o gran gesto cotidiano”.
Murió serena y feliz
“Esta mañana estamos viendo lo que hace dos mil años vivió el centurión, cuando viendo morir a Jesús dijo: Este era verdaderamente el hijo de Dios”, dijo en su homilía fray Vito, joven franciscano, conocido en Asís, que asistió espiritualmente a Chiara y a su familia en el último periodo. “La muerte de Chiara ha sido el cumplimiento de una plegaria”, añadió. La joven, contó el fraile, “tras el diagnóstico médico del 4 de abril que la declaraba enferma terminal, pidió un milagro: pero no la curación, sino la paz para vivir estos momentos de enfermedad y sufrimiento, tanto ella como las personas más cercanas”.
“Y nosotros –dijo fray Vito visiblemente emocionado- hemos visto morir a una mujer no sólo serena sino feliz”. Una mujer que vivió gastando su vida por amor a los otros, llegando a confiar a Enrico: “Quizá en el fondo no quiero la curación. Un marido feliz y un niño sereno sin su mamá son un testimonio más grande que una mujer que ha superado la enfermedad. Un testimonio que podría salvar a tantas personas...”.
A esta fe Chiara llegó poco a poco, precisó fray Vito, “siguiendo la regla asumida en Asís por los franciscanos que tanto amaba: pequeños pasos posibles”. Un modo, explicó, “para afrontar el miedo del pasado y del futuro frente a los grandes eventos, y que enseña a empezar por las cosas pequeñas. Nosotros no podemos transformar el agua en vino, pero sí empezar a llenar las tinajas. Chiara creía en esto y esto la ayudó a vivir una buena vida y por tanto una buena muerte, paso a paso”.
Todos los asistentes se llevaron de la iglesia una plantita –por voluntad de Chiara, que no quería flores en su funeral sino que cada uno recibiera un regalo- y en el corazón un “pedacito” de este testimonio, orando y pidiendo la gracia a esta joven mujer a la que quizá un día llamarán beata Chiara Corbella.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23328
El pasado sábado, en la iglesia de Santa Francisca Romana de Roma, se celebró el funeral por la joven Chiara Corbella, tras un calvario de cerca de dos años provocado por un tumor. Una ceremonia que no fue nada fúnebre, una gran fiesta en la que participaron cerca de mil personas que llenaron la iglesia cantando y aplaudiendo desde la entrada del féretro hasta su salida.
La de Chiara es una historia extraordinaria que se ha difundido por la red, tanto que el video en Youtube que reproducimos abajo ha sumado decenas de miles de visionados en apenas unos días.
Esta joven romana de solo 28 años, bella, luminosa, con la sonrisa siempre en los labios, murió por retrasar el tratamiento que habría podido salvarla, con tal de llevar a término el embarazo de Francesco, un niño deseado desde el primer momento de su matrimonio con Enrico.
Dos embarazos fallidos... y llegó Francesco
No era el primer embarazo de Chiara. Los dos anteriores acabaron con la muerte de los niños a las pocas horas de nacer. A ambos se les habían detectado graves malformaciones desde las primeras ecografías.
Sufrimientos, traumas, sentimiento de desánimo... pero Chiara y Enrico nunca se cerraron a la vida, con lo que tras algún tiempo llegó otro embarazo: Francesco. Esta vez las ecografías confirmaban la buen salud del niño. Sin embargo al quinto mes a Chiara los médicos le diagnosticaron una lesión de la lengua que tras una primera intervención se confirmó como la peor de las hipótesis: un carcinoma.
Desde entonces, una dura lucha. Chiara y su marido, sin embargo, no perdieron la fe y “aliándose” con Dios decidieron una vez más decir sí a la vida. Chiara defendió a Francesco sin pensárselo dos veces y corriendo un grave riesgo, retrasó su tratamiento para llevar adelante la maternidad. Sólo tras el parto la joven pudo someterse a una nueva intervención quirúrgica más radical y luego a los sucesivos ciclos de quimio y radioterapia.
La mujer venció al dragón
Francesco nació sano y guapo el 30 de mayo de 2011; pero Chiara, consumida hasta perder incluso la vista del ojo derecho, pasado un año no lo superó. El miércoles pasado, hacia mediodía, rodeada de parientes y amigos, acabó la batalla contra el “dragón” que la perseguía, como ella definía el tumor, en referencia a la lectura del Apocalipsis.
Como, sin embargo, se lee en la misma lectura -elegida no por casualidad para la ceremonia fúnebre- una mujer ha vencido al dragón. Chiara, en efecto, habrá perdido su combate terreno pero ha ganado la vida eterna y ha dado a todos un verdadero testimonio de santidad.
“Una segunda Gianna Beretta Molla”, la definió el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, que quiso rendir homenaje con su presencia a Chiara, a la que había conocido hace unos meses junto a Enrico.
“La vida es como un bordado del que vemos el revés, la parte desordenada y llena de hilos –dijo el purpurado-, pero de vez en cuando la fe nos permite ver un borde de la parte derecha”. Es el caso de Chiara, según el cardenal: “Una gran lección de vida, una luz, fruto de un maravilloso designio divino que se nos escapa, pero que existe”.
“Yo no sé lo que Dios ha preparado para nosotros a través de este mujer –añadió-, pero es seguramente algo que no podemos perder; por ello recojamos esta herencia que nos recuerda dar el justo valor a cada pequeño o gran gesto cotidiano”.
Murió serena y feliz
“Esta mañana estamos viendo lo que hace dos mil años vivió el centurión, cuando viendo morir a Jesús dijo: Este era verdaderamente el hijo de Dios”, dijo en su homilía fray Vito, joven franciscano, conocido en Asís, que asistió espiritualmente a Chiara y a su familia en el último periodo. “La muerte de Chiara ha sido el cumplimiento de una plegaria”, añadió. La joven, contó el fraile, “tras el diagnóstico médico del 4 de abril que la declaraba enferma terminal, pidió un milagro: pero no la curación, sino la paz para vivir estos momentos de enfermedad y sufrimiento, tanto ella como las personas más cercanas”.
“Y nosotros –dijo fray Vito visiblemente emocionado- hemos visto morir a una mujer no sólo serena sino feliz”. Una mujer que vivió gastando su vida por amor a los otros, llegando a confiar a Enrico: “Quizá en el fondo no quiero la curación. Un marido feliz y un niño sereno sin su mamá son un testimonio más grande que una mujer que ha superado la enfermedad. Un testimonio que podría salvar a tantas personas...”.
A esta fe Chiara llegó poco a poco, precisó fray Vito, “siguiendo la regla asumida en Asís por los franciscanos que tanto amaba: pequeños pasos posibles”. Un modo, explicó, “para afrontar el miedo del pasado y del futuro frente a los grandes eventos, y que enseña a empezar por las cosas pequeñas. Nosotros no podemos transformar el agua en vino, pero sí empezar a llenar las tinajas. Chiara creía en esto y esto la ayudó a vivir una buena vida y por tanto una buena muerte, paso a paso”.
Todos los asistentes se llevaron de la iglesia una plantita –por voluntad de Chiara, que no quería flores en su funeral sino que cada uno recibiera un regalo- y en el corazón un “pedacito” de este testimonio, orando y pidiendo la gracia a esta joven mujer a la que quizá un día llamarán beata Chiara Corbella.
miércoles, 20 de junio de 2012
Consigue que un hospital de Mallorca no pueda hacer abortos por la oposición de las enfermeras
Me ha parecido el artícuo, lo suficientemente interesante e importante como para ponerlo aquí.
Copiado de Religión en Libertad: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23307
El gerente del hospital le llamó un día
para indicarle que preparara todo lo necesario para realizar abortos. La
crisis aprieta y dicho hospital había negociado con el Gobierno autonómico la realización de una serie de servicios, entre los que se incluía el aborto.
Pero Mercedes Cruz Quesada, de firmes convicciones católicas y miembro de la Unión Seglar, decidió anteponer sus seguridades materiales, el trabajo y el qué dirán... a ser cómplice de la destrucción de una vida.
Ésta es su historia, en forma de entrevista, que ha concedido en exclusiva a Religión en Libertad.
- ¿Cuál es su responsabilidad en el hospital, Mercedes?
- Soy supervisora de quirófano, con lo que mi responsabilidad, entre otras, es procurar que todo el material y personal necesario para que sea llevada una intervención quirúrgica, esté a punto y en perfectas condiciones, asignar a cada enfermera las intervenciones que debe cubrir, hacer los pedidos...
- ¿Cómo fue que tuvo oportunidad de enterarse del contenido del Concierto antes de que éste se firmase? ¿Se le notificó de oficio, o estuvo usted pendiente de que no le colaran ese gol?
- Desde que ocupo este puesto, sabía que algún día podía presentarse esta situación y ya estaba alerta. De todos modos, por ser parte de la dirección del hospital, normalmente (y gracias a Dios) soy informada de los cambios o decisiones que se toman.
Un día me llamó el gerente y me comunicó la posibilidad de que se realizasen abortos en nuestro hospital, y me preguntó si en quirófano disponíamos de todo lo necesario. Yo le contesté que no, porque realmente no disponíamos del material necesario. Entonces él me preguntó si podría encargarme de averiguar todo lo que sería necesario.
En ese punto yo le contesté que con todos mis respetos no podía encargarme de esta tarea y además le informé de que sintiéndolo mucho porque adoro mi trabajo y además soy muy feliz en este hospital, si se llegaba a materializar este tema yo presentaría mi dimisión y abandonaría el hospital.
Le dije que entendiese que no era una decisión fácil con la crisis y la falta de trabajo que hay por todo, pero que mi decisión estaba bien meditada y no había vuelta atrás.
- Si usted era jefa es obvio que no estaba sola ni aislada como enfermera, sino que se había cultivado un buen entorno. ¿Contribuyó a darle más fuerza y cohesión a ese entorno el hecho de que se supiese que es usted católica activa?
-Por supuesto, además por el hecho de ser católica también me dolía mucho que mis enfermeras tuviesen que participar en tan horrendo crimen.
- ¿Cómo fue lo de plantarse y hacer valer su derecho a la objeción de conciencia?
- No fue difícil: cuando estás tan segura de algo, lo demás viene solo.
- ¿Fue difícil que se adhirieran las demás enfermeras?
- La verdad es que no, aunque las cogieron una por una para que no se influenciasen entre ellas. Algunas ya estaban seguras de que no querían participar en esto, y otras estaban dudosas; pero yo creo que conocer mi postura les hizo decantarse por el no.
Además, alguien que ha visto alguna vez un aborto aunque sea involuntario, no ha de tener corazón para querer participar en esto. Es horrible.
- ¿Cómo consiguió vincular la objeción de conciencia en masa con la modificación del concierto por lo que respecta al aborto?
- Cuando la gerencia del hospital vio que ninguna enfermera de quirófano estaba dispuesta a realizar esta "tarea" se le presentó un gran problema: intentó que alguna enfermera de otro departamento pasase a quirófano esos días en concreto, pero había que formarla y eso llevaba tiempo. Además, ¿qué hacía con todas nosotras? Era un problema de difícil solución.
- ¿Tuvo seguimiento por parte del personal médico y el resto de personal del hospital, especialmente la gente con cargo?
- No, no tuve seguimiento, aunque he de decir que me respetaron en todo momento e intentaron buscar una solución para que yo no me fuera del hospital.
- ¿Es consciente de que su paso adelante y su forma de enfrentarse al problema del aborto en su hospital puede sentar precedente y constituirse en modelo a promover? ¿Es consciente de que su actitud valiente y decidida desencadenó un fenómeno sociológico a la pequeñísima escala del hospital, dignísimo de estudio?
- Pues la verdad es que no me lo había planteado así, pero doy gracias a Dios si esto sirve para que alguien se replantee su postura en el trabajo.
- Previamente a todo esto, ¿había creado usted un clima pro vida en el hospital? ¿Cómo lo hizo?
- Pues no mucho, aunque todos conocían mi postura, lo que sí es cierto es que es importantísimo hacerte respetar en tu entorno, intentar siempre ayudar a los demás, no juzgar, no criticar, hacer bien tu trabajo; en fin, intentar siempre actuar como buen cristiano: así consigues el respeto y eso es fundamental a la hora de tomar una decisión así.
-....
- Espero que esto le sirva de algo, quisiera remarcar lo que creo que ha sido más importante en el hecho de que el resto de personal de quirófano se adhiriera a mi postura. Creo que fue fundamental el que me apoyaran en todas mis decisiones antes de llegar a ésta en particular; para esto me las tuve que ir ganando poco a poco en una labor de años. La verdad es que somos un grupo muy unido y ellas son unas excelentes personas y trabajadoras, en esto tengo mucha suerte.
Pero Mercedes Cruz Quesada, de firmes convicciones católicas y miembro de la Unión Seglar, decidió anteponer sus seguridades materiales, el trabajo y el qué dirán... a ser cómplice de la destrucción de una vida.
Ésta es su historia, en forma de entrevista, que ha concedido en exclusiva a Religión en Libertad.
- ¿Cuál es su responsabilidad en el hospital, Mercedes?
- Soy supervisora de quirófano, con lo que mi responsabilidad, entre otras, es procurar que todo el material y personal necesario para que sea llevada una intervención quirúrgica, esté a punto y en perfectas condiciones, asignar a cada enfermera las intervenciones que debe cubrir, hacer los pedidos...
- ¿Cómo fue que tuvo oportunidad de enterarse del contenido del Concierto antes de que éste se firmase? ¿Se le notificó de oficio, o estuvo usted pendiente de que no le colaran ese gol?
- Desde que ocupo este puesto, sabía que algún día podía presentarse esta situación y ya estaba alerta. De todos modos, por ser parte de la dirección del hospital, normalmente (y gracias a Dios) soy informada de los cambios o decisiones que se toman.
Un día me llamó el gerente y me comunicó la posibilidad de que se realizasen abortos en nuestro hospital, y me preguntó si en quirófano disponíamos de todo lo necesario. Yo le contesté que no, porque realmente no disponíamos del material necesario. Entonces él me preguntó si podría encargarme de averiguar todo lo que sería necesario.
En ese punto yo le contesté que con todos mis respetos no podía encargarme de esta tarea y además le informé de que sintiéndolo mucho porque adoro mi trabajo y además soy muy feliz en este hospital, si se llegaba a materializar este tema yo presentaría mi dimisión y abandonaría el hospital.
Le dije que entendiese que no era una decisión fácil con la crisis y la falta de trabajo que hay por todo, pero que mi decisión estaba bien meditada y no había vuelta atrás.
- Si usted era jefa es obvio que no estaba sola ni aislada como enfermera, sino que se había cultivado un buen entorno. ¿Contribuyó a darle más fuerza y cohesión a ese entorno el hecho de que se supiese que es usted católica activa?
-Por supuesto, además por el hecho de ser católica también me dolía mucho que mis enfermeras tuviesen que participar en tan horrendo crimen.
- ¿Cómo fue lo de plantarse y hacer valer su derecho a la objeción de conciencia?
- No fue difícil: cuando estás tan segura de algo, lo demás viene solo.
- ¿Fue difícil que se adhirieran las demás enfermeras?
- La verdad es que no, aunque las cogieron una por una para que no se influenciasen entre ellas. Algunas ya estaban seguras de que no querían participar en esto, y otras estaban dudosas; pero yo creo que conocer mi postura les hizo decantarse por el no.
Además, alguien que ha visto alguna vez un aborto aunque sea involuntario, no ha de tener corazón para querer participar en esto. Es horrible.
- ¿Cómo consiguió vincular la objeción de conciencia en masa con la modificación del concierto por lo que respecta al aborto?
- Cuando la gerencia del hospital vio que ninguna enfermera de quirófano estaba dispuesta a realizar esta "tarea" se le presentó un gran problema: intentó que alguna enfermera de otro departamento pasase a quirófano esos días en concreto, pero había que formarla y eso llevaba tiempo. Además, ¿qué hacía con todas nosotras? Era un problema de difícil solución.
- ¿Tuvo seguimiento por parte del personal médico y el resto de personal del hospital, especialmente la gente con cargo?
- No, no tuve seguimiento, aunque he de decir que me respetaron en todo momento e intentaron buscar una solución para que yo no me fuera del hospital.
- ¿Es consciente de que su paso adelante y su forma de enfrentarse al problema del aborto en su hospital puede sentar precedente y constituirse en modelo a promover? ¿Es consciente de que su actitud valiente y decidida desencadenó un fenómeno sociológico a la pequeñísima escala del hospital, dignísimo de estudio?
- Pues la verdad es que no me lo había planteado así, pero doy gracias a Dios si esto sirve para que alguien se replantee su postura en el trabajo.
- Previamente a todo esto, ¿había creado usted un clima pro vida en el hospital? ¿Cómo lo hizo?
- Pues no mucho, aunque todos conocían mi postura, lo que sí es cierto es que es importantísimo hacerte respetar en tu entorno, intentar siempre ayudar a los demás, no juzgar, no criticar, hacer bien tu trabajo; en fin, intentar siempre actuar como buen cristiano: así consigues el respeto y eso es fundamental a la hora de tomar una decisión así.
-....
- Espero que esto le sirva de algo, quisiera remarcar lo que creo que ha sido más importante en el hecho de que el resto de personal de quirófano se adhiriera a mi postura. Creo que fue fundamental el que me apoyaran en todas mis decisiones antes de llegar a ésta en particular; para esto me las tuve que ir ganando poco a poco en una labor de años. La verdad es que somos un grupo muy unido y ellas son unas excelentes personas y trabajadoras, en esto tengo mucha suerte.
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