Mientras más aprenden los investigadores sobre la vida prenatal, más se impresionan con las conductas de vida independiente que el feto manifiesta en el útero materno.
El feto siente dolor. Ante esta realidad la ciencia no puede contradicir el hecho de que el feto sea persona.
El feto “no sólo siente dolor, sino que su percepción parece ser más profunda que la de un niño mayor”.
Bellieni explica que los neonatólogos modernos “tienen el privilegio de atender justamente a los fetos. [...] Y a ninguno de los que les atiende se le ocurre poner en duda que sean nuestros pacientes, que sean personas”
“Cuando se unen los patrimonios genéticos del óvulo y del espermatozoide comienza un proceso que es único e irrepetible justamente porque nadie en el mundo tiene un ADN igual al de esa pequeña célula fecundada. Tampoco sus padres. Por lo tanto es absurdo decir que el feto es propiedad de la madre (o del padre)”.
Antes de finalizar el segundo mes del embarazo “hay una clara respuesta del feto a los estímulos” ya que “las ondas del EEG revelan que el cerebro del niño no nacido está funcionando”.
“Entre la octava y la décima semana, ya se puede detectar la actividad del tálamo, donde se encuentra el centro del dolor. Los receptores sensoriales nerviosos están en la piel antes de la novena semana de gestación”.
“Inclusive las sensaciones desagradables leves no son bien toleradas. El valeroso pequeño responde con movimientos defensivos y correctores asombrosos”.
Numerosas experiencias de médicos abortistas que no volvieron a ejercer explican que cuando abortaban al feto, el mismo abría la boca en lo que se conoce como ‘el grito silencioso’.
Estos son fragmentos de un artículo aparecido en el Diario Digital Forum Liberitas. Para más información pulsa en el enlace: ARTICULO COMPLETO
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